En primer lugar,
hablar de las misiones es tocar el corazón de D'IOS. Por otra parte, nosotros somos
muy interesados en la teología de la misión, por lo que entendemos, que hoy más
que nunca, es necesario buscar el conocimiento
de la teología de las misiones como punto de apoyo para hacer un buen
trabajo en la obra de D'Ios y cumplimos con nuestro papel eclesiástico, que es
"evangelizar" y "servir".
Es urgente adoptarnos
una conciencia misionera, sobre todo para que comprehendamos que la obra de
D'Ios no se asuste efectos duraderos y fundados en la sana doctrina, si usamos el pragmatismo para desarrollar el
labor de divulgación y plantación de iglesias. Entendemos, pues, que para estar enviando un obrero (a), o familia
misionera ( sea en relación con las misiones locales o interculturales), es necesario
el conocimiento teológico bíblico y la preparación
necesaria del conocimiento cultural o transcultural.Com advenimiento de la
posmodernidad en una sociedad cada vez más sincrética (en relación con la
religión) ,con ideologías y valores complejos, vuelve-se cada vez más necesario
la preparación del obrero(a) antes de su envío.
No podemos predicar
el Evangelio de Cristo desprevenidamente, ni podemos enviar a las personas no
preparadas para hacer el trabajo de D'Ios. Jesús nos dio el ejemplo, como
cuando llamó a sus discípulos antes de enviarlos al mundo, pues primeramente
caminaron con Él y aprendieran hacer el
trabajo de la evangelización antes del envío. De ahí, observamos la importancia
de construir una visión misiológica antes de enviar obreros.
Operamos en una
sociedad globalizada, multicultural, con amplio acceso al conocimiento a través
de los medios de comunicación, internet, la multiplicación de universidades por
toda parte. Lo que da lugar en esta generación, de hoy, la necesidad de
personas capaces de predicar el verdadero Evangelio, con la estrategia
evangelística correcta. Pero, ¿cómo oirán sin haber quien les predique? (RM10:
14) El nivel de demanda que la sociedad hodierna necesita, es de predicadores llenos del Espíritu Santo y
que conozcan las Escrituras Sagradas muy bien. O sea, es necesario trabajadores muy preparados en
las Escrituras, a fin de dar respuestas concluyentes a esta nueva generación.
La otra pregunta es: ¿Y cómo predicarán
si no son enviados? (Romanos 10:14). Pocas iglesias han creado agencias de
despacho misionero y centros de preparación misionera, sobre todo porque el
retorno a preparar un trabajador antes de presentarlo és medio plazo y largo plazo. Y lo que estamos
acostumbrados a ver, es que los métodos pragmáticos son los más utilizados. Por
lo tanto, los obreros se forman rápidamente, pero inmaduros y sin raíces en la
sana doctrina; con consecuencias desastrosas para el trabajo misionero, pues
los frutos de estos serán de igual modo inmaduros y sin raíces profundas.
Por lo tanto vemos la gran
importancia del estudio de la teología de las misiones y de la importancia de
contar con centro de formación de trabajadores para el envío, tanto en el trabajo
local, cuanto para el trabajo intercultural. La teología de misiones muestra su
importancia no sólo como una cuestión teológica, ya que las misiones no son un
subproducto de la teología, sino más bien una cuestión de teología para los que
debe haber discusión teológica. Siendo un tema teológico, las misiones deben
ser fundamentadas teológicamente y bíblicamente. Por lo tanto, la teología de
las misiones tiene su importancia en la presentación de una manera sistémica de
los fundamentos bíblicos y contenidos histórico-cultural que guían el estudio de las
misiones. Además, se presenta la base teórica para una reflexión bíblicamente teológica
y específica en esta materia.
Otra cuestión es que no podremos tener una visión etnocentrica de nuestra
religiosidad, pues implica en una fuerte
barrera para llegar a las personas. En el estudio de la teología de las
misiones, podremos comprehender la
visión correcta, la emica-teologica, que ayuda a compartir Dios en cada cultura
y pueblo considerando sus valores. Es saludable para la obra misionera cultivar
una visión sin prisma etnocéntrico. Por lo tanto, conocer el punto de vista bíblico
relativiza el conflicto y no hace comprender la sociedad en que estamos, y más
aún ayúdanos aprender a desarrollar los proyectos, estrategias y metas de
acuerdo a la realidad socio-cultural sin distanciarnos de nuestros valores
cristianos.
También vemos que desde la
perspectiva de universalidad, observamos que nuestro Dios no es etnocéntrico,
pero su visión para la humanidad es amplia. El propósito de la salvación de
nuestro Dios incluye toda la raza humana, se opone a la idea de estar orientada
únicamente a un pueblo o una denominación religiosa. Como vemos, por ejemplo,
en el texto paulino de 1 Timoteo 2: 4 D'Ios quiere salvar a toda la humanidad y
hacerlo conocido a través de la verdadera predicación del Evangelio. Así reza el
texto bíblico, "el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan
al conocimiento de la verdad".
Entendemos que cuando hablamos de
"universalidad", vemos que la promesa de Dios de la salvación y la
disposición incluyen toda la humanidad. Por lo tanto, la salvación no es para
un pueblo específico, sino para toda la raza humana. Tal término expresa la
intención y la provisión de Dios para la salvación del hombre; primero a través
de Israel y en la actualidad a través de la iglesia.
Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo (2 Corintios 5:19), por lo que envió a su hijo
para salvar (Juan 3:17), y por medio de Jesús se quita el pecado del mundo
(Juan 1: 29). Y esto es lo que puede llamarse de universalidad ideal, que habla
de provisión de la gracia de Dios y de la salvación en Cristo.
También
podemos hacer frente a la universalidad práctica, lo que implica la voluntad de
Dios para que el Evangelio sea anunciado a todos los hombres. Por lo tanto,
confirmamos que el mandato misionero se basa en el Antiguo Testamento, por otra
parte, vemos que las énfasis misioneras siempre han sido y siempre serás
universales. La universalidad ideal y practicar se expresan en la Grand Comisión.
Por lo tanto, podemos entender
que en el Nuevo Testamento, también, expresa esta preocupación universal, que
se intensifica desde el ministerio de Jesús. Un ejemplo de esto es lo que vemos
en Mateo, ya que comienza con una cita de la genealogía de Jesús desde Abraham
hasta destacar los lectores judíos y los gentiles, los inquisidores de la fe
judía, que Jesús, como el hijo de Abraham, es el Rey prometido a Israel, que
vino a anunciar el reino de Dios a todo el mundo, lo que demuestra, por tanto,
la universalidad ideal y la práctica en su persona.
Vale la pena señalar también que
la universalidad no debe confundirse con las misiones, para la misión implica
su misión. De hecho, la universalidad es un principio bíblico que expresa el
propósito y la provisión de Dios, por eso es necesario citar que este principio
nos sirve como una base. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, vemos la
universalidad siendo utilizado por el método centrípeto, ya que actuaría como
un imán que atrae a las naciones al Señor a través de Israel. Israel atrae a
las naciones desde la llamada de Abraham
y de los patriarcas Esta llamada promovió una estrategia de misión de traer de nuevo a Dios
los que iban vagando perdidos. De Abraham, D’Ios empieza a escribir una nueva
historia en la humanidad, primero al llamar a Abraham a salir de la tierra de
Ur de los caldeos, a una tierra prometida para hacer de él una gran nación. Sabemos
que esta nación, a través de la história Seria Israel y a través la
preservación de la ley divina, Israel preservó para la humanidad los preceptos de
la voluntad divina para traer con él a los que estaban lejos de la voluntad de
Creador.
Abraham, a su vez ejerció una contracultura
divina en medio de su generación, que recibió las instrucciones del Creador
mismo, para dejar sus prácticas afines y aprender un nuevo modelo social y
religiosa. Por lo tanto, entendemos que mientras que Abram había salido de su
tierra y ejercido una contracultura divina, no lo llevó a ser etnocéntrico,
pero él era capaz de discernir lo que era ordenanza divina para cambios divinos
y lo que era ordenanza culturales .Del mismo modo, establecer una analogía con
el presente día, tenemos que entender lo que es cultural y lo que es la
filosofía mundana y hacer la relativización de la misma, de manera que podamos
alcanzar los diferentes "tribus urbanas", pueblos y naciones sin
perder la esencia del Evangelio. Como ejemplo podemos ver la proto-evangelismo
Gen 3:15 y GN12, que se refiere a la llamada de Abraham. Vemos que se inició una contracultura divina
designado tanto para detener el mal, cuanto para aclarar el plan de Dios y su
salvación. Vimos D'Ios establecer su
voluntad a la nación de Israel y poco a poco hacer su pacto con Abraham, para
él y sus descendientes
Tenga en cuenta que el inicio de
la religión nacional de Israel tiene sus raíces en el acto sobrenatural de Dios.
Esto implica que Dios estuve desde el principio actuando en la creación y en la
salvación del mundo. Por lo tanto, vemos que no fue Abraham quien buscó a Dios,
pero Dios quién se presentó a él. Así,
vemos que el hombre no dio lugar a la religión revelada en el Antiguo
Testamento, pero esto se originó en un acto de la revelación sobrenatural de
Dios en un lugar específico y en el momento oportuno, que fue la llamada de
Abraham. Por eso, comprendemos que todo
eso no sucedió por mérito de Abraham, ni por el mérito de Israel, sino porque
Él, nuestro D’Ios lo quise. En el trabajo misionero no es diferente, D'Ios
está en control de todo proceso misionero y misiologíco, pero lo único que Él
requiere de nosotros es nuestro compromiso total.
Por lo tanto, nosotros como
iglesia somos una creación singular el resultado de procesos históricos desde
la caída del hombre, después de la llamada de Abraham y procesos históricos
posteriores. Nosotros (la iglesia) somos la única posesión de Dios por medio de
Jesús Cristo y tenemos una gran misión. Vemos que nuestro llamado no se diluye
en los movimientos generales de la historia, porque a pesar de que somos parte
de la historia, no somos la historia. Porque siempre estamos a tiempo, y
seguimos siendo parte de la eternidad; sin embargo somos de Dios. Aunque
estamos aparentemente organizados en una sociedad humana, como iglesia,
cumplimos un papel más que humano, de ser
responsable por predicar el Evangelio. O sea, nuestro papel es más que histórico,
es la misión, el propósito y la meta del llamado de D’ios: Anunciar Su mensaje.
Nosotros, la Iglesia, tenemos un
importante propósito y misión: nuestra tarea singular es glorificar D'Ios aquí y en
la eternidad y aún predicar su Palabra en todo momento.
Por fin, de acuerdo con Henry
Thiessen, la misión de la iglesia se presenta en siete puntos: glorificar a
Dios, edificar a sí mismo, si purifica, educar a su círculo, evangelizar el
mundo, actuando como una fuerza que impone límites e ilumina el mundo y
promover todo lo que es bueno. Es precisamente esto que tenemos que hacer para que lleguemos a las
almas en este siglo XXI. Al mirarnos a la iglesia del Nuevo Testamento, vemos
que opera tres relaciones: hacia arriba, con el fin de glorificar a Dios; hacia
el interior, con el fin de construirse a sí misma y por fuera, con el fin de
evangelizar y servir. Si no hacemos eso, nunca vamos alcanzar a la sociedad
postmoderna para Cristo y cumplir nuestra misión. Y más que eso, nunca podremos
ser iglesia.
En Cristo,
Hermana Angelica
Bibliografía:
Carriker.
Timóteo. Missão Integral:Uma Teologia Bíblica. São Paulo, Sepal, 1992.
Peters,
George W. Teologia Bíblica de Missões: Tarefa da Igreja Local. São Paulo, Vida
Nova,1998.
Peters,
George W. Teologia Bíblica de Missões. Rio de Janeiro, CPAD, 2000.
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